Bienvenidos al fascinante mundo de la Filosofía, la disciplina que nos invita a cuestionar la realidad, explorar nuestras creencias y examinar los principios que guían nuestra existencia. A través de este estudio, nos acercaremos a las preguntas más profundas que la humanidad ha planteado durante siglos: ¿Qué es el conocimiento? ¿Qué significa vivir una vida buena? ¿Existe la verdad absoluta?

Adentrémonos en la etapa cosmológica de la filosofía, un período clave en el pensamiento antiguo donde los primeros filósofos comenzaron a preguntarse sobre el origen y la naturaleza del cosmos. En esta etapa, pensadores como Tales de Mileto, Anaximandro y Heráclito se alejaron de las explicaciones mitológicas y trataron de entender el universo a través de principios racionales y observaciones naturales.

La etapa antropológica en la filosofía se centra en el ser humano como tema principal de reflexión. En este período, los filósofos griegos dejaron de enfocarse exclusivamente en el cosmos y comenzaron a indagar sobre la naturaleza humana, la moral, la política y la sociedad.

Platón es uno de los más grandes filósofos de la historia y discípulo de Sócrates. En su filosofía, destacó por su teoría de las Ideas o Formas, donde sostenía que el mundo sensible es solo una sombra imperfecta de una realidad superior e inmutable. Según Platón, el verdadero conocimiento reside en la comprensión de estas Ideas.

Aristóteles, discípulo de Platón, es otra figura clave de la filosofía. A diferencia de su maestro, Aristóteles se centró en el mundo sensible y en la observación empírica. Su obra abarca una inmensa variedad de campos, desde la lógica y la ética hasta la biología y la política.

La filosofía medieval se caracteriza por la integración del pensamiento griego, especialmente el de Aristóteles, con la teología cristiana. Los filósofos medievales, como San Agustín y Santo Tomás de Aquino, buscaron reconciliar la fe con la razón, argumentando que los principios filosóficos podían coexistir y complementar las enseñanzas religiosas.

La filosofía moderna marca un giro hacia el pensamiento racional y crítico. Iniciada con figuras como René Descartes, quien proclamó su famoso "Cogito, ergo sum" (Pienso, luego existo), este periodo se caracteriza por un enfoque en la duda sistemática y la búsqueda de un fundamento seguro para el conocimiento.