Etapa Cosmológica: La Filosofía Presocrática
La etapa cosmológica de la filosofía, conocida también como filosofía presocrática, se refiere al periodo anterior a Sócrates (siglo VI a.C.) y se centra en la búsqueda del origen del cosmos y de la naturaleza de la realidad. Los primeros filósofos griegos, llamados presocráticos, se alejaron de las explicaciones míticas y religiosas para ofrecer explicaciones racionales sobre el universo y los fenómenos naturales. Su objetivo principal era descubrir el arjé, el principio fundamental que daba origen a todo lo existente. A continuación, exploraremos las principales aportaciones de estos filósofos al pensamiento cosmológico.
Principales Aportaciones de los Filósofos Presocráticos al Origen del Cosmos
Tales de Mileto (c. 624 - 546 a.C.) es considerado uno de los primeros filósofos y científicos de la historia. Su propuesta principal fue que el agua es el arjé, el principio fundamental de todas las cosas. Según Tales, todo en el universo tiene su origen en el agua, ya que observaba cómo el agua es esencial para la vida y está presente en los tres estados de la materia (líquido, sólido y gaseoso).
Aportación clave: Tales fue pionero al proponer una explicación natural del cosmos, apartándose de los mitos, y sugirió que todos los seres vivos provienen de un elemento común.
Anaximandro (c. 610 - 546 a.C.), discípulo de Tales, no estaba de acuerdo con que un elemento concreto, como el agua, pudiera ser el principio de todas las cosas. En su lugar, postuló el Apeiron, una sustancia indefinida e infinita de la que surgían todas las cosas. El Apeiron no tenía características definidas y no se podía percibir con los sentidos, pero era la fuente de todo lo existente.
Aportación clave: Introduce el concepto de un principio abstracto y trascendental, que no se reduce a un elemento material, ampliando la noción del arjé como algo más profundo.
Anaxímenes (c. 586 - 528 a.C.), otro discípulo de la escuela de Mileto, propuso que el aire es el principio fundamental del cosmos. Según Anaxímenes, el aire, al condensarse y rarefactarse, daba lugar a los diferentes estados de la materia, como el agua, la tierra o el fuego. El aire, al ser omnipresente, representaba la fuerza vital de todo lo existente.
Aportación clave: Anaxímenes ofreció una explicación mecánica y observable sobre los procesos de cambio en la naturaleza, acercándose a una visión física del universo.
Parménides (c. 530 - 515 a.C.) es uno de los filósofos más importantes de la escuela eleática. A diferencia de los filósofos anteriores, Parménides sostenía que el cambio y el movimiento son ilusiones de los sentidos. Para él, la realidad es una y eterna, y el ser es inmutable e indivisible. Según Parménides, el cambio es imposible, ya que lo que "es" no puede convertirse en lo que "no es".
Aportación clave: Introdujo la diferencia entre el ser y el no ser, y desafió la concepción tradicional del cambio, influyendo profundamente en el pensamiento filosófico posterior.
Los pitagóricos, seguidores de Pitágoras (c. 570 - 495 a.C.), desarrollaron una visión del cosmos basada en la matemática. Creían que los números eran la esencia de todas las cosas y que el universo podía entenderse a través de relaciones matemáticas. También defendían un dualismo antropológico, según el cual el ser humano está compuesto por un cuerpo mortal y un alma inmortal.
Aportación clave: La concepción de que el orden y la estructura del cosmos se basan en principios matemáticos, sentando las bases para la relación entre matemáticas y ciencia.
Heráclito (c. 535 - 475 a.C.) es conocido por su idea de que la realidad está en un constante estado de cambio. Para él, el cambio es la única constante, y el fuego es el símbolo de este devenir perpetuo. Su famosa frase, "todo fluye" (panta rei), expresa que nada permanece igual y que el conflicto de los opuestos es lo que mantiene el equilibrio en el universo.
Aportación clave: La visión del cosmos como un proceso dinámico en el que el conflicto y la transformación son esenciales para el orden natural.
Empédocles (c. 495 - 435 a.C.) fue uno de los primeros en proponer que la realidad está compuesta por los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Según él, estos elementos se combinan y separan bajo la influencia de dos fuerzas cósmicas opuestas: el amor (que une) y la discordia (que separa), explicando así el movimiento y el cambio en el universo.
Aportación clave: La idea de que el mundo está compuesto por una mezcla de elementos básicos, unidos y separados por fuerzas universales.
Anaxágoras (c. 500 - 428 a.C.) introdujo el concepto de las homeomerías, que son pequeñas partículas de las que está compuesta toda la materia. A diferencia de Empédocles, Anaxágoras postulaba una infinita variedad de estas partículas. Además, introdujo el concepto del Nous (mente), que es la inteligencia ordenadora que organiza el cosmos y pone en marcha el proceso de transformación.
Aportación clave: La introducción de un principio inteligente y ordenador del universo (Nous), que dirige el movimiento y la organización de las partículas.
Demócrito (c. 460 - 370 a.C.) fue uno de los principales defensores del atomismo, una teoría según la cual el universo está compuesto por pequeñas partículas indivisibles llamadas átomos. Para Demócrito, estos átomos, que son eternos e indestructibles, se mueven en el vacío y, al combinarse de diferentes maneras, crean la diversidad de objetos en el mundo.
Aportación clave: El atomismo es una de las primeras teorías materialistas y mecanicistas del cosmos, y tuvo una influencia profunda en el desarrollo de la ciencia.