La Revolución Rusa


La Revolución Rusa de 1917 es uno de los acontecimientos más trascendentales del siglo XX, no solo por el impacto que tuvo en la propia Rusia, sino también por las repercusiones globales que se extendieron durante gran parte del siglo. Este evento marcó el fin del Imperio Zarista y el inicio del comunismo en Rusia, dando lugar a la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Para comprender el proceso revolucionario, es esencial analizar las condiciones previas del Imperio Ruso, las causas que condujeron a la revolución, y cómo los sucesos de 1917 transformaron el país de manera radical.



El Imperio Ruso a Comienzos del Siglo XX: La Autocracia Zarista

A comienzos del siglo XX, el Imperio Ruso era uno de los territorios más grandes del mundo, extendiéndose desde Europa hasta Asia. Sin embargo, a pesar de su inmensidad geográfica, Rusia estaba sumida en un profundo atraso político, económico y social en comparación con las potencias europeas como Francia, Gran Bretaña o Alemania.



Características de la Autocracia Zarista









Problemas Internacionales

Rusia también enfrentaba desafíos en el ámbito internacional. A inicios del siglo XX, sufrió una humillante derrota en la Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905), lo que debilitó aún más al régimen zarista y desató la Revolución de 1905, un preludio de lo que ocurriría en 1917.




Causas de la revolución

El estallido de la Revolución Rusa en 1917 fue el resultado de una combinación de factores económicos, sociales, políticos e internacionales que crearon un clima insostenible en el país.




Causas Económicas







Causas Políticas







Causas Internacionales

Uno de los factores decisivos que precipitó la revolución fue la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). El conflicto bélico agravó las ya frágiles condiciones económicas y sociales del país.






El Proceso Revolucionario

El año 1917 fue testigo de dos revoluciones en Rusia: la Revolución de Febrero, que derrocó al régimen zarista, y la Revolución de Octubre, que instauró el gobierno bolchevique.




Revolución de Febrero (marzo, en el calendario occidental)

En febrero de 1917, la situación en Rusia se volvió insostenible. Las manifestaciones y huelgas en Petrogrado (hoy San Petersburgo) se intensificaron, impulsadas por la falta de alimentos y el cansancio de la guerra. La represión del gobierno no hizo más que avivar las protestas.


Abdicación de Nicolás II: Finalmente, el zar Nicolás II se vio obligado a abdicar el 2 de marzo de 1917, marcando el fin de más de tres siglos de dominio de los Romanov. Se estableció un Gobierno Provisional dirigido por Aleksandr Kérenski, pero este gobierno no logró resolver los problemas fundamentales del país, como la guerra o la crisis económica.





El Gobierno Provisional y los Soviets

Tras la abdicación del zar, Rusia quedó en una situación de dualidad de poder. Por un lado, el Gobierno Provisional intentaba gobernar, pero por otro lado, los soviets (consejos de obreros, campesinos y soldados) ganaban cada vez más poder y autoridad en las ciudades. Entre los más influyentes estaban los bolcheviques, liderados por Lenin, que regresó del exilio en abril de 1917 y empezó a exigir "Paz, tierra y pan".






Revolución de Octubre

El Gobierno Provisional se mantuvo en el poder hasta octubre de 1917, pero fue incapaz de retirar a Rusia de la guerra ni de resolver las tensiones sociales. Los bolcheviques aprovecharon esta debilidad y, con el apoyo de los soviets, organizaron un golpe de estado.







Nacimiento de la URSS

Tras la Revolución de Octubre, los bolcheviques enfrentaron varios desafíos para consolidar su poder, lo que condujo a una guerra civil que duró hasta 1922.




Guerra Civil Rusa (1918 - 1922)






Creación de la URSS

En diciembre de 1922, tras la victoria del Ejército Rojo y la consolidación del poder bolchevique, se proclamó la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La nueva nación se estructuró como un estado federal compuesto por varias repúblicas, con el Partido Comunista como único partido político y Lenin como su líder indiscutible.