La Revolución Rusa
La Revolución Rusa de 1917 es uno de los acontecimientos más trascendentales del siglo XX, no solo por el impacto que tuvo en la propia Rusia, sino también por las repercusiones globales que se extendieron durante gran parte del siglo. Este evento marcó el fin del Imperio Zarista y el inicio del comunismo en Rusia, dando lugar a la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Para comprender el proceso revolucionario, es esencial analizar las condiciones previas del Imperio Ruso, las causas que condujeron a la revolución, y cómo los sucesos de 1917 transformaron el país de manera radical.
El Imperio Ruso a Comienzos del Siglo XX: La Autocracia Zarista
A comienzos del siglo XX, el Imperio Ruso era uno de los territorios más grandes del mundo, extendiéndose desde Europa hasta Asia. Sin embargo, a pesar de su inmensidad geográfica, Rusia estaba sumida en un profundo atraso político, económico y social en comparación con las potencias europeas como Francia, Gran Bretaña o Alemania.
Características de la Autocracia Zarista
Monarquía absoluta: Rusia estaba gobernada por los zares, monarcas autocráticos que tenían poder absoluto sobre el imperio. No existía una constitución ni un parlamento que limitara el poder del zar. La dinastía Romanov había gobernado Rusia desde el siglo XVII, y a comienzos del siglo XX, el zar Nicolás II (último zar de Rusia) estaba en el trono.
Iglesia ortodoxa: El zar no solo era el jefe político del imperio, sino también el líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, lo que le confería un poder casi sagrado. La religión ortodoxa era un pilar fundamental del zarismo y contribuía a mantener el control sobre la población.
Sociedad feudal: A pesar de la abolición de la servidumbre en 1861 por el zar Alejandro II, Rusia seguía siendo un país profundamente agrario, con una gran mayoría de la población campesina que vivía en condiciones de extrema pobreza. El sistema social aún conservaba estructuras feudales, y la gran mayoría de los campesinos eran explotados por la nobleza terrateniente.
Falta de modernización: Rusia carecía de una industria moderna y sus ciudades estaban poco desarrolladas en comparación con las grandes capitales europeas. Aunque se habían iniciado reformas en el siglo XIX, como la construcción de ferrocarriles y el inicio de la industrialización, el país seguía rezagado frente a las potencias europeas.
Oposición política: Aunque el zar Nicolás II era un gobernante absoluto, en las ciudades comenzaba a surgir una creciente oposición política. El descontento de los trabajadores industriales, los campesinos y la intelligentsia (intelectuales críticos) fue creando un ambiente cada vez más tenso. Entre los grupos más importantes de oposición estaban los socialdemócratas, divididos en mencheviques y bolcheviques, y los socialistas revolucionarios.
Problemas Internacionales
Rusia también enfrentaba desafíos en el ámbito internacional. A inicios del siglo XX, sufrió una humillante derrota en la Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905), lo que debilitó aún más al régimen zarista y desató la Revolución de 1905, un preludio de lo que ocurriría en 1917.
Causas de la revolución
El estallido de la Revolución Rusa en 1917 fue el resultado de una combinación de factores económicos, sociales, políticos e internacionales que crearon un clima insostenible en el país.
Causas Económicas
Atraso económico: Como ya se mencionó, Rusia era un país principalmente agrario, donde la mayoría de la población campesina vivía en condiciones de pobreza extrema. La industrialización tardía no había logrado mejorar significativamente las condiciones de vida de los trabajadores urbanos, que sufrían largas jornadas laborales, salarios bajos y condiciones insalubres en las fábricas.
Desigualdad social: La nobleza y la aristocracia rusa controlaban la mayor parte de las tierras y la riqueza, mientras que los campesinos y trabajadores urbanos vivían en la miseria. Esta desigualdad social fue una de las principales causas del resentimiento popular hacia el régimen zarista.
Causas Políticas
Autocracia del zar: La falta de derechos políticos y la represión del régimen zarista alimentaron el descontento. Los intentos de reformar el sistema político, como la creación de la Duma (parlamento) después de la Revolución de 1905, fueron insuficientes, ya que el zar seguía teniendo poder absoluto para disolverla y controlar las decisiones políticas.
Movimientos revolucionarios: A lo largo del siglo XIX y principios del XX, surgieron diversos movimientos revolucionarios, como los bolcheviques (liderados por Lenin), que defendían una revolución obrera para instaurar una dictadura del proletariado. Estos grupos organizaron huelgas, manifestaciones y conspiraciones contra el régimen zarista.
Causas Internacionales
Uno de los factores decisivos que precipitó la revolución fue la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). El conflicto bélico agravó las ya frágiles condiciones económicas y sociales del país.
Desastres militares: Rusia sufrió una serie de derrotas humillantes frente a las potencias centrales (Alemania y Austria-Hungría), lo que minó la moral del ejército y de la población. El ejército ruso estaba mal equipado y mal entrenado, y la guerra causó millones de muertos y heridos.
Crisis económica: La guerra también provocó una crisis económica interna. La movilización masiva de recursos para el frente de guerra dejó al país sin alimentos ni suministros básicos. Los precios subieron, el hambre se extendió por las ciudades y el sistema de transporte colapsó.
El Proceso Revolucionario
El año 1917 fue testigo de dos revoluciones en Rusia: la Revolución de Febrero, que derrocó al régimen zarista, y la Revolución de Octubre, que instauró el gobierno bolchevique.
Revolución de Febrero (marzo, en el calendario occidental)
En febrero de 1917, la situación en Rusia se volvió insostenible. Las manifestaciones y huelgas en Petrogrado (hoy San Petersburgo) se intensificaron, impulsadas por la falta de alimentos y el cansancio de la guerra. La represión del gobierno no hizo más que avivar las protestas.
Abdicación de Nicolás II: Finalmente, el zar Nicolás II se vio obligado a abdicar el 2 de marzo de 1917, marcando el fin de más de tres siglos de dominio de los Romanov. Se estableció un Gobierno Provisional dirigido por Aleksandr Kérenski, pero este gobierno no logró resolver los problemas fundamentales del país, como la guerra o la crisis económica.
El Gobierno Provisional y los Soviets
Tras la abdicación del zar, Rusia quedó en una situación de dualidad de poder. Por un lado, el Gobierno Provisional intentaba gobernar, pero por otro lado, los soviets (consejos de obreros, campesinos y soldados) ganaban cada vez más poder y autoridad en las ciudades. Entre los más influyentes estaban los bolcheviques, liderados por Lenin, que regresó del exilio en abril de 1917 y empezó a exigir "Paz, tierra y pan".
Revolución de Octubre
El Gobierno Provisional se mantuvo en el poder hasta octubre de 1917, pero fue incapaz de retirar a Rusia de la guerra ni de resolver las tensiones sociales. Los bolcheviques aprovecharon esta debilidad y, con el apoyo de los soviets, organizaron un golpe de estado.
Asalto al Palacio de Invierno: El 25 de octubre de 1917 (7 de noviembre en el calendario gregoriano), los bolcheviques tomaron el Palacio de Invierno en Petrogrado, donde se encontraba el Gobierno Provisional. Este acto, aunque no fue una batalla sangrienta, marcó el fin del gobierno provisional y el inicio del régimen comunista.
El Soviet de Petrogrado y los bolcheviques tomaron el control de las principales instituciones del país, instaurando un gobierno dirigido por el Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin.
Nacimiento de la URSS
Tras la Revolución de Octubre, los bolcheviques enfrentaron varios desafíos para consolidar su poder, lo que condujo a una guerra civil que duró hasta 1922.
Guerra Civil Rusa (1918 - 1922)
Ejército Rojo: El nuevo gobierno bolchevique, liderado por Lenin y con León Trotsky al mando del Ejército Rojo, se enfrentó a las fuerzas contrarrevolucionarias, conocidas como los blancos, que incluían a monárquicos, liberales y exoficiales del ejército zarista.
Intervención extranjera: Potencias extranjeras como el Reino Unido, Francia, Japón y Estados Unidos intervinieron en la guerra civil apoyando a los blancos, pero no lograron derrotar al Ejército Rojo.
Creación de la URSS
En diciembre de 1922, tras la victoria del Ejército Rojo y la consolidación del poder bolchevique, se proclamó la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La nueva nación se estructuró como un estado federal compuesto por varias repúblicas, con el Partido Comunista como único partido político y Lenin como su líder indiscutible.